Ines una triste historia la de Edith Piaf, desde que nació la pobrecita tuvo pocos momentos buenos que recordar. Menos mal que al final de sus días encontró el amor que seguro la hizo vivir los mejores momentos que llegó a conocer.
Y como suele suceder, las malas lenguas juzgando sin razón a la única persona que consiguió hacerla feliz.
Me ha gustado mucho verlo.
Gracias por compartirlo.
Un abrazo con mi amistad hasta Canadá, desde Madrid