Les invito en esta ocasión, a conocer la historia extraordinaria de una mujer extraordinaria, que cambió una vida de éxitos financieros por una vida de servicio, entregada a los demás y en un lugar donde pocos quisieran vivir. Ella es un claro ejemplo de que los bienes materiales no dan la felicidad ni dan sentido a la vida, solo proporcionan deleite pasajero, pero no sirven para nada más, en cambio, la entrega, la solidaridad, la compasión, el altruismo, esos sí son verdaderos alicientes que dan sentido a nuestra vida y la enriquecen como no pueden hacerlo las riquezas materiales.