Miguel.
Hay que ver de que forma tan sencilla me emocionas, este texto tan crudo por la realidad que contiene, nos hace agradecer a los que afortunadamente tenemos un techo, de forma infinita, no podemos quejarnos de nada.
Ver a esos niños queriendo cumplír un sueño para su madre y cuando casi lo consiguen, se lo lleva una ola, esperemos que pronto puedan volver a renacer esos sueños y lo vean hecho realidad.
Un enorme abrazo:))
Charo