Parece irónico, pero muchas veces conocemos más a las personas que están a nuestro alrededor, que a nosotros mismos. Podemos saber de sus sueños, de sus preferencias, de sus gustos, de sus rutinas y cuando nos toca abordar algo personal, dudamos y muchas veces no somos ni siquiera capaces de responder acerca de aquello que nos incumbe de manera directa.