Todos nos equivocamos, y a nadie le gusta equivocarse.
Cometer errores nos coloca en un lugar obvio de vulnerabilidad; nos expone a la mirada de los otros, a las críticas , y nos genera en consecuencia mucho miedo al rechazo.
Se dice que errar es humano y que perdonar es divino, pero mejor sería decir que lo divino es ser capaz de aceptar los propios errores.
Un proverbio italiano, citado por Voltaire en su poema
"La Bégueule", sostiene que:
-LO PERFECTO ES ENEMIGO DE LO BUENO-
Saludos
Raquel