Helen, particularmente este servidor, desconocía olímpicamente la leyenda de los huevos de pascua asociada a un conejo, testigo presencial, de la muerte y resurrección de Cristo.
Sin duda, todos los días aprendemos algo.
Por lo demás, las imágenes escogidas, de muy altísima calidad que sumado a la historia en sí y el sonar de las gaitas, le confiere el calificativo de SOBRESALIENTE presentación.
A nombre de Paloma y del mío propio, un fuerte abrazo y Dios te bendiga.