Yolanda que bueno sería poder regalarle esos a nuestros hijos al nacer, un mundo diferente, donde no hubiera guerras, personas que mueren de hambre o enfermedades, libertad e igualdad en todos los seres humanos. Esperemos que un día eso pueda ser realidad, ese día los hijos que nazcan conoceran la verdadera felicidad.
Mientras tanto esta bien que se encuentren con un hogar feliz donde los padres se quieran y respeten y asi el hijo crezca rodeado de amor.
Un abrazo con mi amistad hasta Peru, desde Madrid