José Luis, muy interesante y curioso tema elegiste para tu presentación, qué hábiles las cabritas para treparse a los árboles, solo espero que no se caiga ninguna. Me pregunto si aquellas mujeres que usan ese aceite que describes tú como muy preciado como producto de belleza, conocen su procedencia jiji. Gracias por compartir amigo, te mando un gran abrazo desde México.

Estupenda presentación amigo Steve, gracias por compartirla, un excelente trabajo el que has hecho con las imágenes y la traducción. Hermosos lugares, montañas y bosques, donde crecen los pinos hasta en las piedras! De veras la naturaleza ha sido pródiga en belleza en este tu bello país. Saludos y abrazos desde México para ti.

Hermosa presentación dedicada a Tlacotalpan Josefina, un pueblo pintoresco como tantos que existen en este país, pero con un encanto especial que has mostrado en todo su esplendor en tu pps. La canción de fondo que has elegido no podía ser más adecuada, te felicito, una bella presentación. Un gran abrazo desde el norte de este bello país.

Queridos hermanos, Paloma y Roby, excelente presentación como siempre y esta vez abordando un tema muy candente, un sentimiento humano muy feo, el cual puede llevar al hombre hasta cometer crímenes incluso. En la historia de la humanidad existen muchos casos en que la envidia fue la protagonista y originó guerras con sus respectivas consecuencias. Dice la Palabra de Dios en Santiago 4:1-2ª: “¿De dónde vienen las guerras y las peleas entre ustedes? ¿Acaso no vienen de sus pasiones, las cuales luchan dentro de ustedes mismos? Si ustedes desean algo, y no lo obtienen, entonces matan. Si arden de envidia y no consiguen lo que desean, entonces discuten y luchan…” Igualmente, la envidia va de la mano de la codicia: “Es un hecho que al necio lo mata la ira, y a los que todo codician los mata la envidia.” (Job 5:2) Un buen ejemplo acerca de la envidia, que encontramos también en la Palabra de Dios, está en la parábola de la viña y los viñadores (Mateo 20:1-16) muy recomendable leerla, porque nos daremos cuenta de que eso que a veces llamamos injusticia, no es más que envidia y nos podemos llevar una sorpresa en cuanto a nuestros sentimientos. Es que el que envidia suele no darse cuenta y lo niega o le pone otros nombres a su envidia. Por eso es muy bueno tener la costumbre de examinarnos a nosotros mismos a la luz de nuestra conciencia y de la Palabra de Dios si descubrimos que hemos actuado dejándonos llevar por algún mal sentimiento, confesarlo delante de Dios, pedir su perdón y su ayuda para no reincidir. Conformándonos con lo que Dios nos ha dado, sin codiciar ni envidiar lo que ha dado a otros, podremos sentirnos satisfechos en la vida. Un gran abrazo hermanitos y sigan aportando presentaciones como ésta que edifican y mueven a la reflexión.

Muchas gracias Helen por tu comentario muy acertado, los niños son la alegría de la casa, donde los hay no faltan las risas. Te mando un abrazo desde tierras mexicanas.

Ángeles gracias por compartir estas singulares imágenes, se ven muy bonitas, muy originales, aunque no sé si sería capaz de vivir en alguna de ellas, creo que me daría un poco de claustrofobia jejeje! Un gran abrazo desde México para ti.

Muchas gracias Carmen por tu comentario a este pps que ya tiene unos años guardado en el baúl de los recuerdos, pero siempre es tiempo de hacer un buen platillo! Te mando un abrazo cariñoso desde México.