Entendemos el término mascota como a ese animal domesticado que convive con los seres humanos. Sin embargo, podríamos decir que esta idea va más allá: no solo convive, son parte esencial de la propia familia.
Toda emoción positiva, venga de donde venga nos enriquece y nos hace crecer. Puede que alguien se ría si les explicas que cada mañana te viene a despertar tu gato, o si tu perro intuye antes tus tristezas que tu propio padre.
¿Has experimentado ya lo que supone ser adoptado por una mascota? Cuando un animal llega a nuestra vida nos observa con timidez y asombro, porque el mundo de los humanos es a veces demasiado complejo para él.
Cuando nos adopta una mascota cambian muchas cosas en nuestro interior de las que no nos damos cuenta. Sin embargo, ellos, a través de sus miradas limpias, juguetonas y sinceras saben leer muchas más cosas de las que pensamos.
Cuando nos adopta una mascota nuestra familia se hace más grande, y nuestro corazón más fuerte. Cuidarlos será entonces una obligación, pero quererlos, es el mejor de los privilegios.