Ese clamor conjunto, ese rugido intenso es lo que yo también demando en mis críticas a las religiones.
Pero ese clamor no lo debe dirigir el católico solo a Dios, como demanda sabiamente este buen Papa, sino debe dirigirse a nuestros gobernantes que con cinismo se sientan a nuestro lado obrando caridades y a nuestras dormidas conciencias.
Yo también creo que el mejor medio no es dar limosnas sino que se les haga justicia y no tengan que recibirla.
Me congratula la esperanza que empiece a cambiar algo en vuestra Iglesia.
Aprovecho desde este atisbo de esperanza a ofreceros ver mi ultimo pps: “Religiones, fanatismo y espiritualidad”
Con afecto, Eves