Así es, amigo Raúl, no hay ser humano perfecto, “no hay justo ni aún uno”, dice la Biblia. Todos los hombres de Dios, ya sea poco o mucho, tuvieron sus faltas, pero cuando hay arrepentimiento, hay perdón, lo malo es cuando no lo hay, entonces es cuando debemos atenernos a las consecuencias. Respecto al enojo de Jesús con los mercaderes (y no fue la única vez que se enojó), fue muy distinto al nuestro, nosotros nos enojamos llevados por nuestras pasiones, nuestros impulsos y hasta por nuestros caprichos, el enojo y la ira por sí mismos son algo negativo, una emoción egoísta y destructiva. El enojo de Jesús, no tuvo su origen en pasiones humanas, no hubo egoísmo, su motivación era correcta. Fue motivado por el comportamiento pecaminoso e injusto de aquellos hombres, que estaban ofendiendo a Dios, por el dolor que le causaba la falta de fe de ellos, su enojo no tenía nada que ver con el desprecio o la mala voluntad hacia ellos. A este tipo de ira, se le llama “ira santa” y todos tenemos el derecho a enojarnos si presenciamos una ofensa a nuestro Dios.
Efesios 4:26 dice: “Si se enojan, no pequen. No dejen que el sol se ponga estando aún enojados”. El enojo es una emoción muy humana y nos está permitido enojarnos, pero debemos tomar el control de nuestro enojo, no convertirlo en rencor ni en venganza ni en odio hacia alguien más. Gracias Raúl por tu comentario, te mando muchos saludos desde México.