Tony, esta historia me encanta, hace mucho la leí por primera vez y cada vez que hay oportunidad, la vuelvo a leer, como ahora que tú la has hecho presentación, ilustrada bellamente. En verdad llega al corazón, porque es muy cierto que dar felicidad a otros es sublime, no hay mejor remedio para el alma, la nobleza depura el espíritu. Gracias por compartir esta hermosa historia, te mando un abrazo grandote desde México.