Maravilloso, si ya de por si las cataratas del Niágara son bellas estas imágenes son fantásticas.
El alpinista muy atrevido, pues no es un hielo del que se pueda uno fiar demasiado, pero al final lo consiguió.
Gracias por compartir tanta belleza Inés.
Un abrazo con mi cariño y amistad,