Victor maravillosos y verdaderas joyas de arte estos teléfonos que nos muestras y que pertenecieron a otros años, pero que igualmente dieron su servicio.
Una colección increíble si se pudieran juntar todos.
Me ha llamado la atención ese de que el inventor no fue Graham Bell si no Antonio Meucci, algo que desconocía.
Me ha encantado verlos.
Un abrazo con mi amistad hasta Tarragona, desde Madrid