Mariner, has hecho una presentación muy sentida, que a muchos ha de llegar al corazón. Es muy triste que haya hijos que olvidan todo lo que recibieron de sus padres, a quienes deben la vida misma. La ingratitud es una de los defectos más feos en el ser humano y más aún si se trata de la ingratitud de un hijo. Espero que tu reflexión toque corazones, que Dios te bendiga, te mando un saludo y un abrazo desde México.