La naturaleza a veces tiene estas cosas, por mucho que el ser humano quiera poner barreras, los designios de la naturaleza son los que son y en este caso es este volcán que tantas cosas está destruyendo, dejando a infinidad de familias sin casa, sin trabajo, sin recuerdos, prácticamente sin nada. Gracias a la unión del pueblo canario que al menos, de momento, no hay que lamentar desgracias personales, pero parece que no da tregua y cada vez es mas intensa esa lava que todo lo destruye.
Esperemos que, aunque los vulcanólogos y científicos dicen que va a durar mucho, se equivoquen y termine de una vez esta pesadilla que están viviendo los palmeros, a los que les envío toda mi fuerza y ánimo.
Un abrazo con mi amistad,