Las iglesias siempre han sido templos dedicados a la oración y al recogimiento, sin importar a qué culto estuvieran dedicadas, pero bien es cierto que muchas de ellas han vivido tiempos mejores, ya sea por que se va perdiendo la fe y la vocación o porque es muy difícil sostener tantos edificios dañados por el paso del tiempo. Su nueva vida crea hoy en día espacios maravillosos a visitar. En aquellos maravillosos edificios se rezaba y ahora se baila, se come, se duerme y se entrena. También se nada e incluso se aprende. Si en una ocasión os hablamos de una iglesia convertida en jardín en Londres aquí hay nuevos usos de lo más dispares.