El placer de tener una cámara y usarla, hay un mundo por fotografiar, apasionante y al alcance de todos. Una satisfacción añadida para quienes quedan contentos con las imágenes obtenidas y guardan durante una vida lo que un día miraron.
Es un cierto viaje, el fotográfico, tan afín al literario, para el que tan solo bastará añorar el espectáculo que está allí ́ fuera, y las fotografías darán cuenta de ese mundo deseado.
Es también un amable reconocimiento al medio, tan popular como desconocido, tan sencillo como complejo, ese “pensar” la fotografía, esa extraña “lengua sin habla”, la belleza de su silencio, una nueva realidad, es la que surge cuando se ha escuchado.
Deseo que disfruten de estas hermosas fotografías
Saludos
Raquel