Ana una triste realidad, la guerra es una costumbre sobre todo para algunos gobernantes del mundoa los que menos les importa es la vida de las personas.
Ellos se quedan en sus despachos, tranquilos, envian a los jovenes a matar o otras personas sin importar que mueran miles y miles, incluidos los niños.
Esperemos que un día deje de ser una costumbre y no se vuelva a hablar de ella.
Un abrazo con mi cariño hasta Telde, desde Madrid